Las masacres obreras y mapuches en manos del Ejército de Chile
Desde 1915, cada 19 de septiembre se conmemora el desfile de
las Fuerzas Armadas y del Orden, sin embargo, crueles masacres se han
perpetuado a manos de las instituciones armadas contra el pueblo trabajador y
pobre.
La Parada Militar se conoce como una tradición republicana
que se instaló desde el año 1832 por orden del presidente Joaquín Prieto. A
partir de 1915, con la presidencia de Ramón Barros Luco, cada 19 de septiembre
se realiza el desfile de las Fuerzas Armadas y del Orden, conmemorando las
batallas "heroicas" y el rol fundacional del Ejército en el
imaginario social. Sin embargo, el anverso de la historia tradicional cuenta lo
contrario, donde las instituciones armadas y del orden han sido responsables de
las grandes masacres obreras y mapuches a lo largo de la historia de nuestro
país.
Batalla de Lircay
El 17 de abril de 1830 un enfrentamiento en la ribera del
río Lircay dio fin a la guerra civil que selló el triunfo de las fuerzas
conservadoras de Diego Portales por sobre los liberales. Las bases de la
República de Chile, con un estado autoritario, se cimentaron con más de 200
muertos.
Pacificación de la Araucanía
Desde 1860, los intereses económicos, militares y políticos
obligaban al Estado chileno a dominar definitivamente los territorios mapuche,
que mantenían su independencia, defendida por más de tres siglos, por medio de
la fuerza y por sucesivos tratados.
Es “una de las páginas más negras de la historia de Chile”,
en palabras del historiador y antropólogo José Bengoa. El ejército chileno usó
los métodos más bárbaros de la guerra: mataron mujeres y niños, quemaron sus
casas y robaron miles de cabezas de ganado. En 1869, los diarios de la época ya
hablaban de una “guerra de exterminio”
Masacres obreras a inicios del siglo XX
En aquella época, el joven movimiento obrero crecía, sus
acciones eran cada vez más masivas y por consiguiente, la represión era aún más
dura. Así quedó demostrado con “la huelga de la carne” en 1905, cuando
trabajadores y consumidores salieron a las calles de Santiago a reclamar por el
encarecimiento. La respuesta militar dejó cerca de 250 muertos.
Dos años antes, una huelga de portuarios en Valparaíso
terminó con 50 muertos; luego, en 1906, las fuerzas armadas frenaron una huelga
en ferrocarriles de Antofagasta, matando a trabajadores en una cifra que oscila
entre los 50 y 300, según distintas versiones.
Matanza en la Escuela Santa María de Iquique
Las versiones más moderadas hablan de unos 2.200 muertos.
Otros aseguran que las víctimas superaron las 3.600. Todos coinciden en que fue
la más cruel matanza de trabajadores en la historia de Chile, a manos de
ejército.
Miles de trabajadores del salitre y sus familias marcharon a
Iquique en diciembre de 1907 exigiendo al gobierno apoyar sus urgentes
demandas. Cuando la huelga ya superaba los 20 mil paralizados, el gobierno
ordenó al ejército desalojar a los manifestantes que se instalaron en la
Escuela Domingo Santa María y ante su negativa, comenzó la masacre. Hombres, mujeres
y niños fueron acribillados en las salas, pasillos y en el exterior del
establecimiento.
De Tarapacá a Puerto Montt: el reguero de sangre continuó
Los siguientes decenios siguen siendo testigos de violencia
militar. Entre 1921 y 1925, cientos de obreros fueron asesinados en oficinas
salitreras de Antofagasta, en episodios conocidos como San Gregorio, Marusia y
La Coruña. Una época en que el oro blanco ya entraba en crisis, la cesantía
comenzaba a golpear y los trabajadores aún exigían terminar con las fichas y
recibir su pago en dinero.
Más al sur y en 1934, entre 100 y 200 campesinos,
trabajadores y mapuche murieron cuando marchaban armados a Temuco, en lo que se
llamó la “Masacre de Ránquil”. También se recuerda la muerte de 10 pobladores
en Puerto Montt -una niña de 9 meses entre ellos-, en marzo de 1969, cuando el
gobierno ordenó a Carabineros el desalojo de una toma de terrenos en el sector
Pampa Irigoin.
Golpe de Estado y crímenes de lesa humanidad
En cifras, cerca de 35 mil personas fueron víctimas de
violaciones a sus derechos fundamentales. De ellas, 28 mil fueron torturadas,
2.279 ejecutados y 1.248 permanecen en situación de detenidos desaparecidos.
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