“Corazones” de Los Prisioneros el mejor LP de la historia de la Música Chilena



Un 20 de mayo de 1990 salía a las calles Corazones, el cuarto disco de Los Prisioneros. Con el abandono de su histórico guitarrista Claudio Narea, el ahora dúo liderado por Jorge González y secundado por Miguel Tapia develó a sus fanáticos un cambio radical que, aunque resistido por los más acérrimos, posicionó el último suspiro de la banda como el más exitoso de su historia. Y para la historia un disco techno el más vendido en la Historia de la Música Chilena.

“Ese disco fue una mezcla de Salvatore Adamo con house. Era un sonido muy cálido hecho con computador. No existía esa mezcla y aún no existe”. A 30 años de su lanzamiento, Jorge González recordó así a Corazones, el disco emblema de Los Prisioneros.

Lo hizo en diálogo con un diario de circulaciñon nacional donde repasó pista por pista el álbum de 1990, producido por el laureado Gustavo Santaolalla.

“Yo estaba enamorado. Mucho. De un amor imposible. El mejor(…). Porque nunca decae. Es eterno. Nunca envejece. No es real. Se queda congelado en el flechazo”, contó sobre el conflicto que dio origen a las dolientes letras del disco: el enamoramiento de González de la mujer de su mejor amigo.

“No quería nada de rock. Si lo volvía a hacer era gil, obediente. Y no. Hice lo que se me cantó. Algo romántico y techno. Lo romántico era la música de mi madre. Era mi infancia”, recordó.

A su vez, se dio tiempo para poner en contexto su lanzamiento: “El rock viejo era re machista. Led Zeppelin. Los Stones. Ultra machos. Pero el punk no. Ahí había heroínas”.

Hoy este disco es baluarte de los movimientos feministas debido a que fue el primero que vio el mundo y lo retartó desde una arista esencialmente de mujer y lo que realmente significaba su presencia en la sociedad chilena.

De allí que “Corazones rojos” era para que la cantaran mujeres. Su letra "Corazones rojos/ corazones fuertes/ espaldas débiles de mujer/ mil insultos como mil latigazos/ mil latigazos dame de comer", es quizás la canción más "polémica" de un prisionero que le cantaban al amor y a la soledad.

Lo cierto es que la génesis de la canción no estaba pensaba para este disco. González había compuesto "Corazones Rojos" para "Las Cleopatras", un colectivo de mujeres rupturistas conformadas por la actriz Patricia Rivadeneira, la futura tecladista Cecilia Aguayo, Tahía Gómez y su primera esposa Jaqueline Fresard.

Hoy un sencillo y humilde homenaje a una generación que 30 años más tarde recuerda esta placa y la hace suya y no la deja en el olvido, sino que la mantiene activa y poderosamente actual.

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