Live January 1973: la fuerza y excesos de Uriah Heep

En abril de 1973 fue publicado el increíble doble LP que registra para la posteridad la potencia de la banda inglesa de hard rock en directo.

Advertencia: Nos referimos aquí a la versión original de este álbum. Nada de versiones expandidas ni temas extra. El disco del concierto del año indicado, tal como fue. No niego el valor de ediciones posteriores o temas extra, pero éste es el clásico, sin restauraciones, sin agenda. 

Hard rock. Muy hard. Del que sonaba a principios de los 70. Ese que derivó luego en metal, stoner rock y mil acepciones más, todas sinónimos de lo que hace poco escuché nombrar como “rock macho”. 

Aunque esta no fue una banda exenta de buenas baladas, como “Rain” y temas inspirados en folk acústico como “Lady In Black”. 

La historia comenzó en 1969 cuando el aún hoy activo guitarrista Mick Box formó en el humilde pueblo de Brentwood, en las afueras al este de Londres, un grupito llamado Spice, que fue derivando entre diferentes instrumentistas hasta consolidarse bajo el nombre de Uriah Heep, tomado de un personaje enredador y falsamente humilde de Charles Dickens. 

El proyecto cristalizó rápidamente al ser firmados por el sello Vertigo en enero de 1970 y musicalmente todo encajó cuando fue reclutado Ken Hensley, organista y ocasional vocalista que daría a la banda un sonido particular con su órgano Hammond y sus primeros coqueteos con sintetizadores. No tan virtuoso como Jon Lord, pero suficientemente expresivo y abierto como para hacer volar a la banda. 

En febrero de 1971 ya andaban por el segundo disco titulado Salisbury, al que podríamos calificar como proto-prog, y que contó con apoyo orquestal y con temas típicamente largos y conceptuales más propios de bandas como ELP. Sin embargo no fue en esa dirección hacia donde la banda derivó porque Uriah Heep siempre fue mas adepta al sonido pesado y fundamental. No en vano el álbum debut se titula Very ´Eavy and Very ´Umble (Muy pesado y Muy Humilde, pronunciado muy a la inglesa). ¿Viene el termino heavy rock o heavy metal de ese álbum?. La verdad no estoy seguro, pero que esta fue una banda PESADA de eso no hay duda. El contexto de las grandes bandas de hard rock tiene como cima a Led Zeppelin. Eso no lo pone en duda nadie. 

En un siguiente escalón muy cercano estarían Deep Purple y Black Sabbath. A la saga van bandas excelentes, pero no tan afortunadas en términos de management y mercadeo, o simplemente carentes de temas que hayan arrasado en los charts. En ese nivel están Budgie, y entre muchas otras Uriah Heep, quizá la más longeva y productiva, con 25 álbumes de estudio. Pero si algo es memorable en Uriah Heep es este álbum en vivo, que en abril de 2018 cumplií 45 dignos años, ya que a pesar de presentar un rock prehistórico con un sabor crudamente primitivo, tiene la densidad y el peso de la obra de una banda excesiva pero tremendamente cohesionada. 

El baterista Lee Kerslake no era Ian Paice, pero pegaba duro a la batería y marcaba un tempo implacable. Mick Box es innegable uno de los varios precursores de los grandes guitarristas pirotécnicos de metal más puro y duro.

Sin embargo, aparte del tesón y eficaz trabajo de Box, el brillo y asombro que aun generan este disco recae en tres personajes estelares: la explosiva personalidad del cantante David Byron, punto focal de la banda en escena, el tremendamente desaforado tecladista Ken Hensley, (probablemente el organista más desatado después de Keith Emerson) y el inolvidable y tempranamente malogrado Gary Thain, un bajista único, lleno de recursos de fraseo que se paseaba a sus anchas por todo el mástil, marcando melodías sin perder un solo beat del ritmo a vertiginoso de la banda. Ningún bajista de hard rock antes o después me pareció mejor que Gary Thain. 

Este line up clasico de Uriah Heep no iba a durar mucho tiempo. La banda tuvo en pocos años dos tragedias. Thain resultó electrocutado en un show en Dallas, lo cual debilitó su salud, ya bastante aporreada por las drogas y hubo de ser sustituido, para morir al poco de una sobredosis de heroína. Byron sucumbió al alcohol y por su errática conducta fue expulsado de la banda en 1976. No llegaría vivo a los años 90. El incansable Mick Box se cayó de un escenario durante el “Very Long World Tour” que los iba a consolidar como grandes estrellas y así tuvieron que recortar una de las giras más ambiciosas de todos los tiempos. Gajes del oficio de los grandes rockeros… Pero tocaron y mucho es lo que quedó, todo resumido en Live: January 1973, grabado en el Birmingham Townhall y para nuestra gran fortuna plasmado en este álbum. 

El disco comienza con la hipnotica “Sunrise”, como para amanecer en el exagerado mundo musical de una banda tremendista y espesa. Le siguen las piezas más cercanas al hard rock clásico, “Easy Livin´”, “Sweet Lorraine” y “Traveller in Time”, y es en esta última donde la cosa comienza a ponerse fantástica y esotérica, lo que fue durante el cenit de la agrupación marca de esta banda. 

Hechiceros que cumplen años, Demonios iridiscentes, princesas gitanas seductoras y peligrosas. De hecho, la pieza mas representativa de esas que o se odian o se aman de este disco, es la larga versión de “Gypsy”, que ya en los primeros segundos presenta un órgano con el fuzz más acentuado de toda la historia, atravesada por un solo inaudito con el juguete de los tecladistas de aquellos tiempos, el mini moog. Esta suite de poco mas de 13 minutos deja sin aliento hasta al escucha más duro de oídos. Y de alguna manera enlaza con otro largo tema : “July Morning”, que tiene las mismas virtudes y los mismos gloriosos defectos que trae el hard rock a rienda suelta, sin cadenas. Sin sedante y sin medida. Ha pasado mucho tiempo. Ya el rock no es como la hacia Uriah Heep. 

Ni siquiera las más radicales bandas de metal se pierden en laberintos fantásticos que no parecen tener fin. Pero si bandas como Uriah Heep no se hubieran extraviado en estas profundidades, hoy el rock no seria lo que conocemos y tal vez ya hubiese muerto. Fue esa vitalidad y el coraje de experimentar, de no refrenar pasiones y de exagerarlo todo, lo que produjo la catarsis y la hecatombe que nos han llevado hasta aquí. Ese es el legado. 

Como banda lo tuvieron todo. Uriah Heep Live, January 1973, es retrato sonoro de sus días de gloria. Y si todo lo tuvieron, la vorágine y la mala suerte los hizo perder todo. Y varios tripulantes se ahogaron en la travesía, que todavía dura. Uriah Heep Se fue la voz increíble de David Byron. Se apagó prematuramente el Thin Man of The Bass, el grande , Gary Thain. Pero increíblemente, Mick Box aún sigue. 

Luego de 1973 han pasado por Uriah Heep muchísimos músicos, varios cantantes. Altibajos, discos fallidos, pérdida de la identidad y sin duda, la triste imposibilidad de evolucionar hacia otras regiones del rock o el metal. Pero no llegaron a desaparecer en el olvido. También hubo un resurgimiento a glorias pasadas en varias giras por Europa oriental y la Rusia post soviética donde fueron recibidos como viejos y venerables sacerdotes de un culto ancestral. 

Finalmente en los 2000 Uriah Heep resume su carrera en dos discos que vale la pena escuchar y comparar con éste Live – esos discos son Accoustically Driven y Electrically Driven – donde recrean temas de toda su carrera acompañados por hombres de la talla de Ian Anderson, otro inmortal. Pero este artículo es sobre 1973. 

Sobre ese concierto increíble en Birmingham. Sobre un álbum que tal vez muchos no sean capaces de escuchar en su totalidad porque ya nadie hace nada tan absolutamente abrumador. Pero los que tuvieron suerte de vivir esa época… y los que tuvimos la fortuna de que este fuera nuestro primer disco, quedamos para siempre hechizados, como el mago en su cumpleaños. Y ese hechizo estalló con tal fuerza en nuestros oídos que, de ahí en adelante, fuimos capaces de escuchar cualquier cosa, y poder valorar el rock en sus miles de sabores y acepciones. 

Uriah Heep Live es y siempre será un excelente ejemplo de rock sin temor al ridículo y sin imposición de límites. Tal vez quien mejor definió la intensa experiencia de Uriah Heep en vivo fue Paul Stanley -líder de Kiss –, quien los tuvo como teloneros. El dijo:“Eran increíblemente profesionales y consistentes. Tanto, que aún en sus perores noches era excelentes y en las mejores eran simplemente… ¡tremendos!” 

Nota Final: Como el último tema de Uriah Heep Live fue una sorpresa, pues aquí al final lo comento: “Rock and Roll Medley” es un mosaico, como su nombre lo indica de piezas de rock and roll y rocakabilly inolvidables. La interpretación pesada y pegadiza de piezas que nada o mucho tiene que ver con el resto del disco hacen de este medley algo singular y si “Gypsy” y “July Morning” son trips zigzagueantes, el medley es básico y fundamental. El mensaje, bien guardado para el final del concierto fue… “Y ahora… ¡baila!”.


Jaime Antonio Álvarez.


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